
En San Pablito Pahuatlán, Puebla, el matrimonio supone un proceso de cortejo y compromiso conocido como ndhöti, cuyo desarrollo es el siguiente. Primero, el enamorado busca una kudhayä (mensajera), quien transmite sus intenciones amorosas a la pretendida. Si no es rechazado, otra mensajera buscará la aceptación de los padres de aquella. La costumbre indica que esta mensajera realice ocho visitas a la familia de la joven. En las cuatro primeras irá sola y llevará cigarros para los padres; en el resto, portará un canasto adornado con flores y con comida enviada por el enamorado; en estas últimas visitas la acompañarán una persona respetable del pueblo, el pretendiente y sus padres. De esta forma se conocen los consuegros, quienes aconsejan a sus hijos, pues formalizar su relación implica responsabilidad, lealtad y respeto. No interviene ninguna ley en la unión, que se da al octavo día, pues se honra más a todas las personas involucradas en ndhöti.
Hñähñu (otomí)
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